domingo, 19 de agosto de 2007

Las pelotas en Fero! :D



¿Frío? ¡Frío Las Pelotas!


Dudaba Germán Daffunchio hace unos días cuando le hicimos una nota en hacer un concierto largo. El cabildeo pasaba si, por tanta cantidad de música, a la larga la gente se termina aburriendo. Bueno, con ver la lista de temas ni bien uno ingresó al estadio, quedó claro cuál fue la decisión: tocar hasta que se acabe el repertorio.
Claro que con la justeza de un orfebre, la banda elaboró una lista de 37 canciones incapaz de dejar disconforme al fan más acérrimo. Hits de la nueva era Pelotas, los clásicos de siempre, algunas perlitas de esas que no salen tanto a la luz y 3 temas de Sumo. ¿Se podía pedir algo más? Sí, que el frío abandonara sus intenciones en la noche de Ferro. Y la banda, esa misma banda que a fuerza de constancia, ideas claras y buenas canciones entró por derecho propio a las ligas mayores, se ocupó de, al menos por un rato, que el gélido clima de Caballito pasara a segundo plano.
Con una puesta sencilla desde lo escénico (no hubo demasiado cotillón en el escenario más que una hamaca para que Sokol se balanceara como un poseso y una “enfermera” intentara calmarlo), Las Pelotas pusieron el fuerte del concierto en las canciones. Con Germán cantando en gran nivel y haciendo gala de su viola sobria pero eficaz. Hoy en día la banda se construye alrededor de él. Alejandro Sokol juega otro papel: más movedizo, más imprevisible, aporta cierta cuota de locura y gracia, y es el otro gran bastonero de la noche. Impecablemente vestido con una chaqueta militar, corrió, se tiró al suelo, jugueteó con el público (estando fuera del escenario empezó a sacarse fotos con la gente mientras la banda seguía sonando), arengó, disfrutó de su hijo tocando – y muy bien – la guitarra sobre el escenario y ¡hasta se olvidó de una letra! (en el clásico Hola Qué Tal).
El otro pilar en el que se apoyan Las Pelotas es en el bajo de Gabriela Martínez. Preciso, gordo, sin artificios pero con corazón, marca el pulso sin importar si la banda apunta al reggae, a la psicodelia o al rock aguerrido.
Destacar en casi 40 temas algún pasaje es complicado. Sobre todo cuando la lista casi no da respiro, sobre todo cuando los viejos clásicos conviven en perfecta comunión con los más nuevitos, sobre todo cuando al primer acorde de cada tema le sucede una ovación que aprueba. Incluso hasta regalaron 3 de Sumo –uno más del que figuraba en lista– como para coronar la obra. Y así sonaron 5 Magníficos, DBD y No Tan Distintos. Un Luca estampado en una campera de jean aprueba desde el campo.
Que cada uno elija su favorito. Las Pelotas tocaron todo lo que en festivales no pueden, por tiempos y por organización. Pero que quede claro que, con la lista sábana y todo, en Caballito se vivió un gran concierto, que a la incomodidad climática le puso el pecho y le espetó: ¿Frío? ¡Frío Las Pelotas!


ROCK AND POP

[·Vicki·]

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